El tiempo en tus manos

O lo que viene a ser, la tecnología, el futuro, en tu muñeca, de la mano de un reloj inteligente de última generación. De forma inevitable, las pulseras y los relojes inteligentes, están sustituyendo a los clásicos relojes de toda la vida: analógicos, digitales o de cuerda, con manecillas, pantalla digital o muñequitos. Las pantallas a color que muestras infinidad de datos que, a la mayoría les trae sin cuidado, van ganando terreno en cada vez, más muñecas. Sin ser tan populares como los teléfonos inteligentes, los relojes, cuentan cada día con más devotos usuarios.

Si no que se lo digan a los expertos en relojería y joyería de Serrano Joyeros que, poco a poco han tenido que cambiar sus excelentes relojes de cuarzo por la tecnología más puntera en sus escaparates. Aunque puede encontrarse un reloj indistintamente en una joyería que una tienda de telefonía, el sector de la joyería, ha tenido que actualizarse e incluir en su stock, modelos más tecnológicos.

Ahora bien, si acudes al relojero de toda la vida, te asesorará a las mil maravillas sobre sus Rolex, Viceroy, Seiko o cualquiera de las firmas con las que trabaje, no lo hará tan bien si le preguntas por lo último de Apple o Samsung. Razón de más para seguir leyendo y enterarse de todo lo que hay que saber para elegir el mejor reloj inteligente.

A lo largo del siguiente artículo, encontraremos una serie de puntos a tener en cuenta y sobre los que reflexionar a la hora de pretender adquirir un reloj inteligente, con el claro objetivo de adquirir el que nos pueda durar lo máximo posible y se adapte a nuestras necesidades. Para hablar de esta serie de especificaciones, hay que tener en cuenta factores como la constante evolución del sector y los diferentes modelos disponibles en el mercado.

No se trata de exponer en estos párrafos una guía de compra que se limite a citar las especificaciones de un modelo o modelos en cuestión que, para eso, ya están guías técnicas y las páginas de cada modelo.

Lo primero: pulsera de actividad o reloj inteligente

Mucho ha llovido desde la aparición en el mercado de los míticos relojes Casio con calculadora, alarma y cronometro. Desde estos hasta los Sony Smartwatch y Pebble Original, nacidos en dos mil doce, parecían estos, los que iban a permanecer a lo largo del tiempo. No tardaron mucho en emerger proyectos como Fitbit y su amplio catálogo de pulseras de actividad. Este modelo fue el más vendido hasta llegar Apple Watch y Mi Band.

En aquellos tiempos, hablamos de dos mil catorce, parecía que solo uno de los relojes podía sobrevivir: la pulsera de actividad o el reloj inteligente, pugnaban por permanecer en el podio. Mientras que en aquel momento, parecía que solo podía quedar uno, en la actualidad, nos hemos dado cuenta de que la realidad es otra: hay mercado para los dos. Solo hay que tener en cuenta que, cada propuesta tiene un público diferente, con diferentes necesidades y diferentes expectativas. En común suelen tener que dan la hora y poco más.

Teniendo esto en la cabeza, a la hora de elegir, debemos pensar que queremos de nuestro futuro complemento digital de muñeca: ¿controlar nuestra actividad física diaria con la finalidad de llevar una vida más activa? ¿dejar el smartphone en casa y mantener la conexión a través del reloj? ¿interactuar con el mismo para responder a las notificaciones o escuchar música?

Como es lógico comprender, con estos dispositivos, sucede lo mismo que con los ordenadores y los teléfonos. Cuanto mas alta es la gama, mejor soporta el paso del tiempo y se adapta a las tecnologías. Integran componentes más potentes, disponen de mayor y mejor conectividad y, en general, ofrecen un soporte más dilatado en lo que a actualizaciones respecta.

Sin embargo, nuestros gustos, necesidades y preferencias, pueden variar con el paso del tiempo. Por lo que tener en cuenta algunos aspectos, pueden ayudar a decantarse por un reloj inteligente o una pulsera de actividad, así como por un modelo en particular.

No obstante, el mercado de los wearables, esta en continua expansión. Son todavía muchos los potenciales usuarios que se hayan en momentos dubitativos sobre si necesitan indefectiblemente un reloj o una pulsera. Las dudas sobre la experiencia de usuario y si merece la pena la inversión, acechan.

Por lo general, las pulseras son dispositivos mucho más simples y minimalistas que los relojes. Se limitan a llevar un registro de la actividad y notificar algunos eventos que se dan en el teléfono (la conectividad es tan común como la hora, deben estar emparejados con el teléfono, tanto las pulseras como los relojes). Se trata de dispositivos más ligeros, con mayor autonomía que los relojes y más sencillos de utilizar. Ahora bien, si la idea es contar con un dispositivo que cuente con una interfaz más amigable y completa que permita una mayor interactuación y funcionalidad, lo mejor es optar por un reloj inteligente.

Otra opción que cuenta con numerosos y fervorosos adeptos, es adquirir un reloj deportivo con GPS. Estos relojes-dispositivos, están centrados en la medición de la actividad física con una precisión que proporciona métricas más que exactas, gracias a su elemento clave: el GPS.

Diseño, funcionalidad, tamaño…

Eso buscamos a la hora de adquirir algún dispositivo. Para algunos lo primordial es el diseño, para otros, el tamaño. Para gustos, los colores. En cuestiones de diseño, cabe señalar que los relojes inteligentes, se bifurcan en dos vertientes claras: relojes cuyo reclamo es la estética y la moda, como sucede con las firmas (Michael Kors o Armani) y los de estética deportiva, con mayor diversidad y funcionalidad. En este sentido, se percibe una sensación en la que se plasma una dicotomía entre diseño y prestaciones.

La divergencia existente entre los relojes de estilo casual y los deportivos, puede observarse por igual en los materiales en los que se fabrican. Los modelos más elegantes utilizan materiales más tradicionales, como el acero o el cuero. Por el contrario, los modelos más deportivos, se fabrican en materiales como el plástico o el aluminio, la cerámica o la silicona.

Algunos fabricantes, han visto la oportunidad de negocio y han sido capaces de lanzar al mercado, modelos a caballo entre lo casual y lo deportivo, combinando lo mejor de cada uno. Relojes inteligentes con un diseño sobrio y materiales tradicionales como el cuero y el acero, dotados de las mismas características que los diseños más deportivos.

Al margen de la estética, las cajas de los relojes inteligentes, pueden adoptar dos formas geométricas: un diseño cuadrado o circular. En este sentido, hay que tener en cuenta que una pantalla de mayor tamaño, permite una lectura e interacción mucho mayor que una de dimensiones reducidas. Cabe señalar que la muñeca donde se va a lucir, tiene mucho que decir al respecto: los brazos finos van a tener problemas para encontrar relojes de tamaño inferior a los cuarenta milímetros.

Por otro lado, podemos encontrar diferentes tipos de tecnología en lo que a pantallas respecta. Las gamas superiores, apuestan por OLED y paneles LCD, o AMOLED. Ocurre algo similar a lo que sucede en televisiones y teléfonos.

Pasamos de las cuestiones estéticas a lo que en realidad hay que tener en cuenta a la hora de elegir un reloj inteligente: la interfaz, la funcionalidad y las prestaciones. De poco sirve un reloj bonito que no te da la hora en condiciones.

Los sistemas operativos con los que cuentan los relojes, son algo que debe tenerse en cuenta, sobre todo a la hora de las actualizaciones. Aunque en la actualidad existe una elevada heterogeneidad, se observan dos patrones claramente diferenciados: la propuesta de Google Wear OS y otros como Apple. Lo más factible es adquirir relojes con sistema operativo Android que no limita para adquirir otro tipo de dispositivos. Aunque hay que señalar que Apple, es el líder del sector, diseñando tanto el software como el hardware.

Antes de finalizar, destacar que la autonomía, sigue siendo la asignatura pendiente de estos dispositivos. El objetivo de adquirir un reloj, es llevarlo puesto durante todas las horas del día, todos los días de la semana. Más aun si se trata de un reloj capaz de medir parámetros como los pasos lo los ritmos de sueño. En este sentido, cabe esperar que un reloj inteligente, disponga de una gran batería que lo dote de una autonomía larga. No es así.

Exceptuando modelos más básicos como las pulseras que pueden alcanzar las dos semanas de autonomía, lo más habitual es que la batería de un reloj inteligente, no pase de los dos días. Esto es así debido a la combinación de un espacio reducido y la conectividad continua. Estos dos factores son los responsables de que la eficiencia energética de los relojes inteligentes, sea tan limitada.

Por último, lo verdaderamente importante, lo que buscan la mayoría de los usuarios es la integración de los acelerómetros, capaces de hacer una estimación sobre los desplazamientos, pasos, distancias, horas de sueño, calorías, ritmo cardíaco, etc. Estos aspectos relativos a la salud y la vida sana, son el punto fuerte de los relojes y pulseras, más allá de poder responder mensajes desde la muñeca.